Ayer las redes se inundaron de referencias al Blue Monday. Debido a que, según Cliff Arnall, el tercer lunes del mes de enero, es el día más triste del año. ¿Qué hay de cierto? Basicamente, NADA. No hay evidencia de que “el día más triste del año” sea el tercer lunes de enero.

Como consecuencia, la utilización de este tipo de «emociones empaquetadas aunque vacías de contenido» poseen una gran acogida en internet. Por ello, los medios de comunicación, conscientes de ello, amplifican su impacto y generan una realidad artificial. Algo similar a lo que pasa con el Blue Monday, ocurre en septiembre, cuando no paran de hablar de depresión postvacacional refiriéndose al cambio de rutinas propio (generalmente) de ese mes.
Sabemos que el número de página de un libro no tiene influencia sobre la historia que se cuenta. Al igual que en la vida son las circunstancias personales las que tienen dicha influencia, sin olvidar la subjetividad personal, y otros muchos factores que entran en juego a la hora de sentir una emoción u otra.

Las emociones tienen un enorme impacto en las decisiones que tomamos diariamente. Aquellas etiquetadas como negativas (tristeza, enfado, rabia…) generan una sensación de urgencia e impulso por calmarlas rápidamente, lo que pone en marcha estrategias no meditadas. Esa urgencia es aprovechada por muchas empresas que, casualmente, ponen a nuestro alcance productos y servicios que no necesitamos pero que nos ayudarán, instantánea y mágicamente.
¿Curioso, verdad?
Lee la primera entrada de nuestro blog: https://www.umarepsicologia.com/comenzar/
Aquí os dejamos una noticia sobre este día: https://www.bbc.com/mundo/noticias-42696795