Hoy os venimos a hablar del amor, en pocos días se celebrará San Valentín y ya nos están bombardeando. Nos lanzan imágenes, vídeos y mensajes relacionados con la pareja, el amor y el romanticismo.

En los últimos tiempos, estamos viviendo un despertar de nuevos modelos relacionales como el poliamor o las relaciones abiertas. Sin embargo, esto no quita el lugar al modelo más tradicional, la relación monógama. No obstante, este modelo de relación monógama está cambiando. Hasta hace pocos años, las relaciones presentes en nuestro imaginario propias de películas Disney y comedias románticas, lejos de cuestionarse, se buscaban y se mostraban como el amor utópico y romántico que debía ser el objetivo de cualquier pareja.
Por el contrario, hoy en día, somos más conscientes de que ese modelo de amor romántico no es tan idílico. Nos impone unas exigencias y condiciones que pueden desembocar en relaciones tóxicas y dependencia emocional. A pesar de esto, es dificultoso desprenderse de aquellos modelos que han quedado impregnados en nosotros. Por ello, os traemos algunos de los MITOS que el amor romántico vendía y promulgaba y de los que debemos irnos deshaciendo.
Algunos mitos del amor romántico
- Celos: en el amor romántico se entienden los celos como una demostración del amor y de que la relación realmente importa… ¡Nada más lejos de la realidad! Los celos se relacionan con comportamientos de control y son un indicador de falta de confianza en la pareja.
- Media naranja: este concepto nos conduce a dos supuestos; por un lado, necesitamos una pareja para estar completos y, si no la tenemos, no conseguiremos la felicidad. Además, si hemos encontrado pareja, creemos haber elegido aquella con la que tenemos que estar para siempre porque, en cierto modo, está así predestinado. ¿Por qué no podemos ser felices sin pareja, rodeados de personas que queremos? ¿Y si la relación en la que estoy no me hace feliz?
- Polos opuestos se atraen: esta creencia se enlaza con la anterior en el sentido de que parece que necesitamos complementarnos y, asimismo, puede normalizar los conflictos dentro de la relación. Llegar a acuerdos dentro de la pareja, como en el resto de relaciones, se basa en el diálogo y la negociación pero no debe ser fuente de discusión o renuncia constante a uno mismo.

¿Entrégate al amor?
- El amor requiere total entrega: es habitual y seguro que todos conocemos amistades o conocidos que, al empezar una relación, desaparecen del resto de círculos en los que antes se movían. Si bien, es lógico que al estar en pareja, otras relaciones cambien y se administre el tiempo de otro modo, no debe ser exclusivo. Es decir, el resto de relaciones pueden seguir teniendo un lugar y es saludable mantenerlas.
- Cambio por amor: otro de los mitos que se repiten en películas, series y que nos llegan desde el amor romántico es que las personas pueden cambiar su naturaleza por amor, esto conlleva que la otra persona mantenga esperanza en un cambio y que, muy probablemente, tolere conductas y actuaciones que pueden dañarle.
- Si me quiere, tiene que saber lo que necesito: parece que nuestra pareja debe conocernos tan bien que, sin nosotrxs decírselo ya tiene que adivinar lo que queremos/necesitamos. Si esto fuera así, ¿para qué comunicarnos y hablar, si pueden leernos la mente.

Todos estos mitos producen expectativas irreales sobre las relaciones de pareja, fomentan comportamientos dañinos y tóxicos en las relaciones y mantienen roles y patrones que, incluso, podrían desencadenar situaciones abusivas. En la sociedad en que vivimos, todos hemos crecido rodeados de estas ideas, por ello, el primer paso que deberíamos dar es tomar conciencia de las más integradas y aceptadas. Posteriormente, vendría el trabajo de deconstruirlas e introducir valores nuevos basados en la confianza, la comunicación y el respeto.
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